Es una intervención quirúrgica que busca modificar la forma, tamaño o posición del mentón para mejorar la armonía facial. Puede implicar el aumento o la reducción del mentón, dependiendo de las necesidades estéticas y funcionales de cada paciente.
La mentoplastia se puede realizar de dos maneras principales:
Mentoplastia de aumento: Se inserta una prótesis de silicona u otro material biocompatible para proyectar un mentón retraído. La incisión suele realizarse dentro de la boca o debajo del mentón, minimizando las cicatrices visibles.
Mentoplastia de reducción: Se remodela el hueso del mentón para reducir su tamaño o cambiar su forma. Esta técnica es útil para mentones prominentes o asimétricos.
La cirugía generalmente dura entre 1 y 2 horas y puede realizarse bajo anestesia local con sedación o anestesia general, según la complejidad del caso y la preferencia del paciente.
Después de la intervención, es común experimentar hinchazón y molestias en la zona tratada. Se recomienda reposo relativo durante los primeros días, evitando actividades físicas intensas y manteniendo la cabeza elevada para reducir la inflamación. La mayoría de los pacientes pueden retomar sus actividades normales en una o dos semanas, aunque la recuperación completa puede extenderse durante varias semanas más.
Son candidatos ideales para la mentoplastia aquellas personas que desean mejorar la proporción y el equilibrio de su rostro debido a un mentón retraído, prominente o asimétrico. Es fundamental que los pacientes gocen de buena salud general y tengan expectativas realistas sobre los resultados de la cirugía.
El Dr. Francisco Javier Quintero Segura es cirujano plástico en el IJCR, especializado en cirugía estética facial y corporal.
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